AUSCHWITZ: La cruda visión del genocidio nazi



Si se viaja a la bonita ciudad de Cracovia hay una visita imprescindible a mi juicio: las minas de sal de Wieliczka, a unos 12 km, Patrimonio Mundial de la UNESCO. No estoy tan seguro de poder decir lo mismo de Auschwitz, a 43 km, también Patrimonio de la Humanidad.
Es tal la impresión que produce, desde cerca, vivir una aproximación al horror que tuvieron que sufrir las personas allí deportadas y asesinadas (luego hablaremos de cifras) que muchos visitantes lo pueden pasar mal. 
No obstante, si las visitas a semejante sitio provocan una concienciación ante tamaña atrocidad (provocada por el hombre contra el hombre) pienso que deberían de ser obligatorias.
Se trata del más grande y significativo de los campos de concentración/exterminio construidos por el régimen de la Alemania nazi, con el triste récord (redondeando cifras consideradas mínimas) de 1.300.000 personas deportadas, de las cuales murieron cerca de 1.100.000, entre ellas 1.000.000 de judíos  de los más de 5 millones que fueron masacrados en el Holocausto o Solución Final, ideado y ejecutado por los nazis.
Son cifras que se escapan a mi comprensión, incluso habiendo pisado y recorrido el mismo camino por donde, desde el apeadero de los trenes de la muerte hasta las cámaras de gas, tantos cientos de miles de personas se dirigieron al sacrificio. Quizás porque no llego a asimilar que mentes racionales, educadas, metódicas de la jerarquía política alemana del momento (por muy nazis que fueran) llegaran a diseñar semejante política de genocidio.
Pero ahí están los hechos y como muestra algunas frases que reflejan su ideario sobre el tema:
  • "Los judios son una raza que debe ser totalmente aniquilada". Hans Frank, Gobernador General de la Polonia ocupada.
  • "Debemos liberar a la nación alemana de polacos, rusos, judios y gitanos". Otto Thierack, Ministro de Justicia del III Reich.
Porque no se debe olvidar que los nazis y su canalla ideología, aparte de los judíos también le tenían ganas a otros muchos europeos, llevándose la palma los polacos y los gitanos (75.000 y 21.000 asesinados en Auschwitz respectivamente). Otra perla de su pensamiento criminal que incorpora, además, el concepto de trabajo esclavo, lo tenemos en:
  • "El objetivo más importante es descubrir a todos los dirigentes polacos [...] para que sea posible neutralizarlos. [...] Todos los profesionales de origen polaco serán explotados por nuestra industria militar, y después todos los polacos desaparecerán de la faz de la tierra". Heinrich Himmler, Reichsfürer SS.
Lo del trabajo esclavo también tiene su miga, como refleja Primo Levi, italiano de origen judio superviviente de Auschwitz, en su libro descriptivo de las condiciones de vida en el campo titulado "Si esto es un hombre". Era despojar a la persona, convertida en esclavo, explotado por la industria militar que alude Himmler, de su condición de humanidad, sometiéndolo a disciplinas y castigos atroces y a unas condiciones de vida infrahumanas. Y además tener que entrar y salir por la entrada del campo, de camino al tajo, viendo el sarcástico lema de encima de la puerta: "Arbeit macht frei", el trabajo hace libre.
La zona de museo/memorial que se visita, en Auschwitz I, contiene fotografías y vitrinas realmente impresionantes. Zapatos, maletas, prótesis y cerca de 2 toneladas de pelo de mujer cortado a las víctimas (seguramente de las últimas) que se encontró, convenientemente embalado para su envío a factorías, donde se utilizaba para fabricar mantas y calcetines, entre otras cosas,  para los soldados del frente ruso.
Las dos fotografías que acompañan al texto, seleccionadas del REPORTAJE FOTOGRÁFICO representan, para mí, dos momentos emotivos de la visita. 
Una refleja una vitrina que contiene miles de zapatos de mujer, la mayoría cerrados, marrones o negros, de poco tacón para andar cómodamente con tiempo lluvioso y frio, obscurecidos por el tiempo, entre los que destaca poderosamente una sandalia roja, de verano, alegre, con toda seguridad de una chica joven que quiero pensar entró a las ficticias duchas, para ser gaseada, ignorante de su cruel destino.
La otra, es la visión de unos árboles más allá de la libertad perdida, representada por unos barrotes, a través de un sucio ventanuco, que podían contemplar, hacinados en sus "cubículos-camastros", los prisioneros de unos de los infrahumanos cobertizos del inmenso Auschwitz II-Birkenau. Las condiciones de vida de esos cobertizos se describe perfectamente si consideramos que eran un diseño propio de la eficiente caballería militar alemana, "idóneos" para 50 caballos o bien 700 presos.
Termino con dos apuntes del libro testimonio de Levi que se me han quedado grabados:

  • La técnica para comer el mendrugo de pan diario que les daban: con la escudilla debajo de la barbilla para evitar se perdiera la más mínima miga.
  • Una mujer deportada, recién llegada, novata, le pregunta a las veteranas por un resplandor rojizo que observaba en unas chimeneas, al final del campo. "Somos nosotras", le responde una de ellas.
Datos prácticos para la visita: A las 12.30 se constituyen ya en el propio campo las visitas guiadas en los diferentes idiomas. Se puede ir por libre pero aconsejo contratar el viaje a través de las múltiples agencias de turismo que se encuentran en el centro de Cracovia. Te recojen a las 10.30 h, te llevan y te devuelven, por la tarde, a la ciudad. La visita guiada dura entre 3.5 - 4 horas entre los dos campos que se visitan, aparte del viaje. Se puede hacer fotos sin flash prácticamente en todos los sitios, guardando la lógica compostura al estar considerado cementerio por polacos y judios.

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